
En este sentido, Edward Soja hace toda una reflexión acerca del nuevo contexto que impide mecanismos que generen la pluralidad y la participación institucional de actores diferentes, en desventaja. Plantea que la dinámica económica, social y política inherentemente ha generado desigualdades entre los individuos y los ha dejado en una posición de exclusión y marginación, cosa que les impide manifestarse hacerse notar. Para Edward estos individuos deben romper con las barreras del espacio público subjetivo, para ello deben superar su condición de marginados y excluidos, no esperando que la demás sociedad o el gobierno les reconozca, sino organizándose y buscando auto-integrarse para hacerse notar, para manifestar a todo el conjunto social y político que sí forman parte de la sociedad, que sí son ciudadanos y que por ende tienen derechos como cualquier otro ciudadano. Es pues, su derecho a ser diferentes, ha ser de escasos recursos, pero no ser marginados ni excluidos del sistema social y político.
Para generar esta reintegración a la vida política los “diferentes” deben construir el tercer espacio, ese espacio en el cual converjan e interactúen los diversos actores, una arena donde la equidad prevalezca, donde los individuos se reconozcan los unos a los otros, no importando el estatus que tengan. En suma, sería un espacio abierto, democrático y plural, donde se empoderan los "diferentes".
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