martes, 27 de octubre de 2009

FORTIFIED ENCLAVES: THE NEW URBAN SEGREGATION

Teresa Caldeira, al igual que Mike Davies, aborda el tema de las colonias residenciales y las “privadas”, solo que pone énfasis en el caso de la ciudad de Sao Paulo en Brasil (aunque también analiza el caso de los Ángeles) y ahonda más en el contexto que envuelve a estos espacios, pero principalmente enfoca su atención a la seguridad que permea a los enclaves. La tesis de Teresa es que los enclaves modifican las relaciones sociales, el espacio público y la vida pública.

Los enclaves son creados bajo el pretexto de la inseguridad, la violencia y la incapacidad del gobierno por hacer efectivo el Estado de Derecho, y es que los enclaves fortificados son aquellas residencias, privadas o edificios que son exclusivos y en la que se asientan personas de clase alta o media, pero que además se caracterizan por estar cercados o bardeados, y por si fuera poco, cuentan con altos dispositivos de seguridad y vigilancia, son, en pocas palabras “imponentes fortalezas” que aíslan a la clase acomodada de la violencia citadina, de el paisaje urbano, y del conglomerado de personas de la “prole”. Los enclaves son el resultado de la descomposición social y de las desigualdades económicas prevalecientes en el contexto contemporáneo, por ello forman pieza clave y fundamental del proceso de crecimiento y reorganización de las ciudades no solo en el espacio físico, sino también en el plano social[1]. En este sentido, para explicar mejor el proceso de crecimiento y reorganización de Sao Paulo, Teresa hace todo un análisis en el que describe como desde la década de los 80´s se fueron gestando los cambios estructurales de la urbe, y es que con la ola privatizadora el desmantelamiento del Estado provoco el encarecimiento del grueso de la población y con ello se incremento el número de habitantes en las favelas y a su vez, el aumento de las favelas, los índices de delincuencia se incrementaron abruptamente lo que permeo a la ciudad de un ambiente tenso y violento, por lo cual ante la incapacidad del gobierno por hacer frente al problema, los privados y las grandes constructoras comenzaron a llevar a cabo una serie de proyectos inmobiliarios enfocados a la clase acomodada, pues ofrecían lujosas viviendas, servicios y un estilo de vida de buen nivel, y además seguridad y convivencia vecinal entre iguales, de esta manera paulatinamente las clases medias y ricas fueron habitando estos enclaves gracias a la publicidad que, hasta la fecha, presenta a estos sitios como lugares exclusivos, a la paranoia ocasionada por la violencia y el status que da vivir ahí, así de esta manera se fue conformando la urbe moderna, esa urbe desigual llena de contrastes.

Concluyendo, podemos decir que la conformación de los enclaves trastornaron aun más la estructura de las ciudades contemporánea, pues en miras de crear un espacio más abierto, más público y mas transitable, se genero el efecto contrario, se volvió un lugar cuasi-privado, excluyente e intransitable, pues por doquier hay barreras y a su vez estas características del espacio físico han generado tensiones sociales, mayor y marcadas desigualdades, discriminación, envidia, resentimiento, estigmatización de la pobreza y violencia.

[1] Nota: En este sentido, quisiera puntualizar que tanto en Sao Paulo como en los Ángeles las ciudades han mostrado una tendencia al crecimiento y no al desarrollo, pues el desarrollo sería el proceso evolutivo de toda la urbe y de todos sus habitantes, mientras que el crecimiento es solo a la expansión de la urbe y la parcial evolución en alguna o escasas zonas.

lunes, 26 de octubre de 2009

FORTRESS L.A


Mike Davies hace una crítica sobre el proyecto de urbanización gestado en la Ciudad de los Ángeles, ya que dicho proyecto fue de segregación y de polarización, pues se empeño en privatizar los espacios públicos y en marcar la diferencia en el espacio físico entre pobres y ricos.
Los espacios públicos fueron privatizados y muchos de ellos se convirtieron en centros comerciales, parques de recreación privados o en grandes clubes deportivos.


La segregación y polarización fue más notoria pues se separaron a las comunidades ricas de las pobres. Se construyeron “privadas” y colonias “residenciales” para los adinerados, mientras que a los marginados se le reubico en zonas periféricas para que su presencia fuera poco notoria.

Las privadas y colonias residenciales se caracterizan por ser zonas exclusivas, en las que se ofrecen servicios de calidad, seguridad de primer nivel con cámaras de circuito cerrado y vigilancia privada capacitada, pero sobre todo ofrece apartarse de la gran urbe, de sus problemas y del ajetreo que en ella prevalece y de la clase pobre. Son, pues, una suerte de islas fortalezas en las que se experimenta otra clase de vida.

Las zonas periféricas marginadas son lugares marcados por el abandono, pero no solo eso son también blanco perfecto para el abuso de poder, ya que al etiquetárseles como zonas de delincuencia constantemente sufren los atropellos de la autoridad en los constantes cateos que realizan con el fin de “combatir a la delincuencia”.

En suma, la Ciudad de los Ángeles fue planeada para ser un espacio cuasi-privado en donde solo la clase adinerada accede a la recreación, a los servicios y a las vialidades, mientras que la clase pobre solo está ahí para ser la fuerza laboral de las residencias, los centros comerciales y demás sitios privados.

THE HOMLESS BODY

En la actualidad a menudo nos encontramos en la calle con “indigentes”, “niños de la calle” o indígenas, cuántas veces hemos visto como estos personajes de la urbe viven en el espacio público y solo volteamos indiferentes o simplemente los ignoramos.
¿Alguna vez hemos reflexionado como es que llegaron ahí, como es que se convirtieron en míseras ornamentas de la urbe? Pocas veces lo hemos hecho, por ello, Samira Kawash nos invita a reflexionar sobre este problema urbano contemporáneo.

La situación de calle en la que viven muchos individuos esta asociada a factores económicos, de adicción, de desintegración familiar, a la discapacidad mental o las enfermedades mentales e incluso por la edad.
El factor económico es uno de los principales factores que detonan y agravan el problema de la pobreza, lo cual ocasiona que miles de personas sean incapaces de pagar una renta o de adquirir una vivienda generando que muchos se queden “sin hogar”.

Sin embargo, no importando cual sea el factor que los haya colocado en esa situación a los “sin hogar”, todos son golpeados por la exclusión y la discriminación social y política desde el momento en que habitan el espacio público.

El espacio público que cobija a los “sin hogar” es el mismo que los mantiene o hunde en ese estatus, pues es un espacio vacío que solo genera que las condiciones de vida sean precarias, pues niega a los sin hogar los servicios más básicos como el uso de sanitarios o el servicio de duchas, y es que este espacio público ha sido absorbido por el espacio privado, y por tanto, deja los sin hogar sin ninguna alternativa. Cada día que pasa un sin hogar en la calle, es un día en el que su vida se deteriora y en el que su dignidad humana se desvanece y por ello le es muy difícil superar ese estatus.

No hay políticas públicas encaminadas a crear espacios en los que se dé alojo a personas en condición de calle, y es que no hay interés ni voluntad de las autoridades, puesto que los sin hogar se vuelven invisibles. Tal vez los únicos que se interesan por ellos y en poca medida son las ONG´s o los grupos religiosos, de ahí en fuera ni la misma sociedad se interesa por esas personas. Por ello los “sin hogar” están condenados a la miseria, a la insalubridad, a la exclusión y a la discriminación.

Es lamentable como la sociedad perciba como algo normal y cotidiano que haya personas sin hogar y que se muestren totalmente desinteresadas.

THE THIRD SPACE

El contexto político actual es permeado por el sentido democrático, donde los diversos actores sociales se hacen escuchar y son escuchados, donde tienen derecho a influir en las decisiones gubernamentales, donde la pluralidad de ideas convergen, donde el derecho a la diferente es inquebrantable, y sin embargo, vemos que en el plano real esto es totalmente adverso, pues hay actores sociales que quedan excluidos de participar e influir en las decisiones políticas, las únicas voces que son escuchadas son aquellas que llevan consigo poder económico o político, por tanto, no existe pluralidad sino unilateridad, el derecho a la diferencia, no es un derecho sino una etiqueta que impide el progreso de los individuos en esa condición.



En este sentido, Edward Soja hace toda una reflexión acerca del nuevo contexto que impide mecanismos que generen la pluralidad y la participación institucional de actores diferentes, en desventaja. Plantea que la dinámica económica, social y política inherentemente ha generado desigualdades entre los individuos y los ha dejado en una posición de exclusión y marginación, cosa que les impide manifestarse hacerse notar. Para Edward estos individuos deben romper con las barreras del espacio público subjetivo, para ello deben superar su condición de marginados y excluidos, no esperando que la demás sociedad o el gobierno les reconozca, sino organizándose y buscando auto-integrarse para hacerse notar, para manifestar a todo el conjunto social y político que sí forman parte de la sociedad, que sí son ciudadanos y que por ende tienen derechos como cualquier otro ciudadano. Es pues, su derecho a ser diferentes, ha ser de escasos recursos, pero no ser marginados ni excluidos del sistema social y político.




Para generar esta reintegración a la vida política los “diferentes” deben construir el tercer espacio, ese espacio en el cual converjan e interactúen los diversos actores, una arena donde la equidad prevalezca, donde los individuos se reconozcan los unos a los otros, no importando el estatus que tengan. En suma, sería un espacio abierto, democrático y plural, donde se empoderan los "diferentes".

PROYECTO DE DHAKA

SQUATTERS AND THE CITIES OF TOMORROW


Robert Neuwirth aborda el problema de los ocupantes ilegales desde una perspectiva más humana ya que se adentro y vivió durante dos años en las comunidades de ocupantes ilegales de Brasil, Turquía, Kenia y la India, por ello no percibe a las comunidades como una estadística de pobreza y marginación, sino comunidades que enfrentan a diario desafíos y experiencias de vida.
Robert a través de su ensayo refuta los tres mitos populares formados en torno a las comunidades de ocupantes ilegales, tales como: 1) Que éstas comunidades son emblemas de la miseria humana; 2) Que las personas que habitan éstas comunidades son empobrecidos y muertos de hambre y; 3) Que los ocupantes ilegales son el enemigo de la sociedad civil.

En el primer mito Robert argumenta que las comunidades de ocupantes ilegales no son emblemas de la miseria humana, ya que en esas comunidades existen personas trabajadoras y emprendedoras, que luchan por sobrevivir, por salir adelante, por mejorar sus condiciones de vida.

El segundo mito que dice que los habitantes de esas comunidades son empobrecidos y muertos de hambre lo cual es, en cierta medida, falso, debido a que las personas trabajan o se subemplean, de alguna u otra manera buscan la manera de cubrir sus necesidades e incluso se solidarizan con los más desfavorecidos.

El tercer y último mito es falso, pues las comunidades de ocupantes ilegales forman parte de la sociedad, pues constituyen la base de ésta, forman parte del sistema e incluso se organizan para hacerse escuchar ante las autoridades.

Concluyendo, podemos decir, que las comunidades de ocupantes ilegales constituyen subsistemas sociales que se inserta en el gran sistema. En este sentido, lo concebimos como subsistemas, pues cada comunidad genera sus propias reglas y valores, tiene una peculiar interacción social, tiene sus propios modos de vida que permiten la sobrevivencia, en todas las comunidades tienen un subsistema económico informal que les permite el intercambio de mercancías por efectivo, pero también algunos de los habitantes de las comunidades se insertan en el sistema económico formal aportando así algo al gran sistema. Son pues, comunidades en donde habitan seres humanos de carne y hueso, que aunque carentes de recursos, de servicios y de formación educativa, saben cómo enfrentar los retos y desafíos que se le presentan, eso habla de que son personas fuertes… Quizá son de los seres humanos con más potencial, pues luchan día a día por sobrevivir en medio de las tempestades.

URBAN INEQUALITY AND SOCIAL EXCLUSION


La desigualdad urbana y la exclusión social son uno de los principales problemas que permean a las ciudades contemporáneas. La desigualdad y la exclusión son alimentadas por los problemas de pobreza, desempleo, marginación, analfabetismo, segregación espacial y discriminación de género y racial y éstos problemas, a su vez, son consecuencia de la dinámica económica, política y social.


La dinámica económica ha favorecido a la acumulación y concentración de capital en unos cuantos países y dentro de cada países se concentra y acumula en la élite empresarial; la dinámica política se ha visto influida por intereses económicos e individuales, lo cual ha generado que los gobernantes se muestren desinteresados e insensibles ante los problemas de pobreza y marginación; y la dinámica social se da dentro de un espacio público cada vez más vacio, donde la división de clases es más marcada (pobres vs ricos), donde el reconocimiento de unos y otros individuos está condicionado al estatus que posean. Es así como las nuevas dinámicas son el origen del binomio desigualdad-exclusión y dicho binomio se inserta y arraiga dentro de las ciudades y esto hace que éstas sean espacios con problemas complejos, espacios donde la tensión social es latente.

Para tener una noción más amplia del conflicto que a diario se vive en las ciudades es necesario conceptualizar que es la desigualdad urbana y como se da la exclusión social dentro de la gran urbe.

La desigualdad urbana deviene de esa diferencia económica que hay entre los individuos (mientras pocos poseen mucho capital, muchos poseen poco o nada de capital), a partir de esa situación se desencadenan diferencias como las desigualdades en la propiedad, en el acceso a los servicios, en el espacio físico, en las oportunidades de desarrollo humano, entre muchas otras.

La desigualdad en la propiedad se refiere a que mientras hay individuos que poseen ésta, hay otros que no poseen.

La desigualdad en el acceso a los servicios es dada porque hay individuos que por vivir en zonas “opulentas” “chic” tienen acceso a servicios de agua potable, luz, drenaje, entre otros, mientras hay otros que ni siquiera tienen acceso a los servicios básicos.

La desigualdad en el espacio físico es aquella en la que los entornos urbanos se tornan agradables o desagradables de acuerdo al estatus económico que tengan los individuos que ahí se desenvuelvan o habiten y al valor de las propiedades de la zona, es decir, en una zona “chic” encontraras calles limpias, pavimentadas y con alumbrado público, parques en óptimas condiciones, infraestructura, etc., mientras que en zonas “marginadas” encontraras calles llenas de basura y excremento, con pavimento o sin pavimento, con alumbrado o sin alumbrado, sin parques o con parques en deplorables condiciones, con una escasa infraestructura.

Finalmente, la desigualdad de desarrollo humano es aquella en la que los individuos adinerados tienen acceso a educación de integral y de calidad, a la recreación y a otro tipo de cosas que les permite desarrollar todas sus potencialidades, mientras que los individuos pobres en ocasiones no tienen acceso a la educación o si tienen acceso a ésta es carente, poca o nulamente tienen acceso a la recreación, por lo cual raramente podrá desarrollar sus potencialidades.

La exclusión social es proceso el cual niegan ciertos individuos el acceso a las posiciones y recursos para vivir una vida completamente participativa. La exclusión social que se da dentro de la urbe se asocia a las desigualdades. La exclusión social abarca varios tipos de exclusión como la laboral, de derechos, entre otros tipos de exclusión.

La exclusión social se da por las marcadas diferencias sociales, se excluye a aquellos individuos que viven en condiciones precarias, pues generalmente a éstos se les asocia con el crimen y la delincuencia, lo cual crea desconfianza en ellos. La exclusión laboral se da porque los individuos pobres generalmente carecen de educación y capacitación técnica que les permita insertarse al mercado laboral, por lo cual se ven obligados a insertarse al mercado informal o a la delincuencia, pero también se da cuando las personas envejecen, pues por lo general el mercado emplea a personas jóvenes. La exclusión de derechos se da porque las autoridades niegan a las personas con escasa educación y/o con facha de “pobre” o “vagabundo” sus derechos como ciudadanos, pero también les son negados porque los desconocen.

Hemos hecho un análisis de la desigualdad y la exclusión y de ello podemos concluir que son situaciones desagradables que generan frustración en los individuos en condiciones de pobreza, por lo cual se crea una tensión social que genera violencia.

En suma, el entorno urbano es contrastante, diverso, en el convergen injusticias sociales como la pobreza, la marginación, el desempleo, la segregación y la discriminación, lo cual fragua el terreno para una ciudad violenta e insegura, por ello es necesario y urgente que se emprendan acciones encaminadas a moderar éstas situaciones que ponen en peligro la estructura social.